Charla de Taisha Abelar en el seminario de México en octubre de 1996

Los guerreros se preparan para sentir pasión y hacer el viaje definitivo. Las historias de guerreros son de acción, de cambio, no son de autocompasión y para ello es necesario luchar todos los días de tu vida. Siempre hay alguien en la vida que nos ayuda libre de intereses personales y es a esa persona a quien siempre tratamos como Rick trató al electricista, encima lo tratamos mal. Piensen que cada uno de ustedes tiene a alguien que desinteresadamente les brinda su amabilidad y quizá por su ambición, por el sexo o por sus intereses le están pagando como Rick le pagó a ese hombre.

Notas tomadas por Guillermo Grau

 

"La pasión del guerrero" 

Los movimientos (pases mágicos) son enseñados en cantidad para saturarnos, para crear un residuo y es ese residuo el que nos puede ayudar a construir la energía que nos lleva a sentir la pasión del guerrero. La fuerza vibratoria es la que nos cohesiona como campos energéticos. 

Taisha: “Porque no le llaman entonces fuerza vital?”

Don Juan: “Porque no solo actúa sobre los seres vivos, sino también sobre todo lo que existe en el universo, sean piedras, personas o galaxias. ”

Los brujos de la antigüedad buscaron formas para controlar esta fuerza, pero no lo lograron. Don Juan decía que la fuerza de la pasión, es una fuerza muy grande y que puede incluso llegar a destruir a un brujo. La pasión es tan fuerte que los brujos pueden desmembrarse, se desmantelan. Hay un centro de la pasión. 

La pasión no es sagrada, es un sentimiento engendrado por un solo propósito: navegar en el infinito y este propósito es abstracto. También es abarcadora, porque para los brujos es una fijación continua. No es venganza ni odio, sino explosiones momentáneas. La verdadera pasión es la de los brujos, que a diferencia de la pasión humana, no tiene remordimientos, no pide disculpas. Por suerte, estas explosiones momentáneas no son comunes; porque si están seguidas de importancia personal son destructivas. La falla está en unir la pasión con la egomanía. Para los brujos el mayor esfuerzo está puesto en que esa fuerza les permita viajar a lo desconocido. Don Juan me dijo: " amalgama esos sentimientos en un centro (el de la pasión), porque es la pasión quien lleva a los brujos a ver lo que sea que tengan que ver".

A mi me dieron varias tareas para que pudiera despertar ese centro. La primera tarea fue ir a la universidad para intentar un romance con el conocimiento, con el pensamiento. 

Don Juan tenía una frase para la pasión: "no hay dinero en esa línea de conocimiento". El viejo nagual (Don Juan) le decía a Carlos, burlándose por sus iniciales C.A. de carlos arana) que como somos cogidas aburridas (C.A.), es decir fuimos concebidos sin pasión, se nos hace muy difícil sentir esa pasión. El viejo nagual quería que nos enfocaramos en prácticas que enaltecieran la pasión. La condición previa de la pasión es no tener ego y para eso es necesario cuidar de alguien o de algo. A Carlos, el viejo nagual, le dió a cuidar un niño de 5 semanas de vida, y lo cuidó hasta que cumplió 6 años. En ese entonces aparecieron los parientes del niño, con papeles legales que les daban poder sobre él y se lo llevaron. Carlos intentó recuperarlo por todos los medios posibles, pero no lo logró. Yo estaba con él mientras esto sucedía y él se encontraba devastado. Entonces, cuando había hecho todo lo posible, Carlos fue a ver al viejo nagual y le contó todo. El viejo nagual lo escuchó y le dijo que era inútil pelear contra probabilidades avasallantes y que a pesar de haber perdido al niño, Carlos no había fracasado, había triunfado pues el niño forjó su pasión y que el fuego de esa pasión iba a estar dentro de él para siempre, aún incluso más allá de la muerte. Entonces el viejo nagual le cantó una tonada mexicana que dice así: “un viejo amor no se olvida, no se deja y si del alma se aleja, nunca, nunca dice adiós..." 

Una tarea para mi fue volver algo abstracto, en algo concreto. El viejo nagual me puso en campaña para que desarrollara amistad con los objetos, así que me pidió que empezara con mi cuarto. Cuando estudiaba en la UCLA, compartía una casa con mis compañeros de estudio en un edificio que tenía un nombre de lujo, pero que por dentro era muy feo. Yo ocupaba un pequeño cuarto de vestir, donde estaba mi cama, mi ropa colgada y del otro lado una ventana. Mi cama estaba entre dos puertas y solo quedaba un pequeño pasillo para pasar. El viejo nagual me dijo que tenía que considerar a mi cuarto de ropas como algo, sino vivo, al menos como algo animado y que no había límites para esa pasión. Ese cuarto fue para mi un vehículo de navegación y ensueño. Desarrollé un lazo tan fuerte con mi cuarto, que mis compañeros de vivienda pensaban que trababa las puertas porque no podían entrar. 

En esa época desarrollé una fuerte relación con mi radio. El viejo nagual me decía que si le hablaba y la cuidaba nadie iba a poder usarla salvo yo. No se si fue porque él lo dijo o por que, pero nadie podía encontrar estaciones en ella, solo ruido de estática. Cuando se lo conté al viejo nagual, él me dijo que eso era verdadera pasión y que ésta pasión hacía que mis frecuencias mentales estuvieran en armonía con las válvulas de la radio. 

También desarrollé una relación muy fuerte con una televisión. Era mi amiga. Le escribía poemas, le hablaba y no dejaba que pusieran en ella programas que la pudieran contaminar. La cuidaba, la mimaba y cuando ella estaba cansada la apagaba y la miraba apagada. En esos momentos, [....] era como un espejo, un cristal donde me reflejaba. Con ella sucedía lo mismo que con la radio, nadie podía sintonizar ningún programa. Un día, mi compañera quiso ver un programa y le pedí que se encendiera para ella, pero por supuesto antes me fijé que el programa no le hiciera daño. 

En esa época, ella tenía un novio que era muy matón. El quiso ver un partido de fútbol. La televisión no se encendió. Como era un matón, la agarró a patadas y la destrozó. Cuando llegué, mi amiga (la t.v) estaba en la basura  y cuando la vi, me atrapó una tristeza inconcebible. Estaba triste por mi amiga y estaba triste porque yo estaba loca. Entonces la saqué de la basura e intenté arreglarla. Expresé mi intento y me puse a trabajar hasta que la compuse. Cuando le conté al viejo nagual lo sucedido, me dijo “no es locura, es pasión unida al intento; valió la pena porque al hacerlo expresaste el propósito mismo de tu ser, que es el mismo que el de los brujos de nuestro linaje: reconstruir algo de la nada. Todos los brujos de mi grupo fueron basuras humanas, que por medio del intento de la pasión se reconstruyeron como tu televisor. Ese televisor es un símbolo a través del cual, el espíritu te dice que debes enfrentarte a todas las vicisitudes de tu vida....” 

Un día, viajé a Europa y cuando regresé, encontré mi casa abierta y me habían robado mi t.v. Yo lo interpreté como falta de poder personal y fui a contarle al viejo nagual. El me respondió: "mándale un mensaje a tu televisor,, dile que donde sea que esté, que por favor funcione, dile que haga lo mejor que pueda y que la dejara libre…” y esto es lo que él hizo con nosotros, sus discípulos, nos reconstruyó y luego nos dejó libres, pero antes de dejarnos dijo, "... vayan y recuerden lo que los reconstruyó, hagan lo mejor que puedan..." Sólo entonces comprendí lo que quería decir el viejo nagual cuando decía que la pasión nos podía convertir en cenizas.

Para el viejo nagual, acechar, es actuar en el teatro de lo real, a tal punto que sea más real que la realidad misma... un brujo no tiene casa, porque donde sea que el este, es casa. El viejo nagual decía, que personificar roles es la mejor manera de personificar esa pasión. Cuando el punto de encaje se fija en un nuevo lugar, ese lugar es el de la pasión. Para aprender a acechar, personifiqué cuatro roles. el primero, fue el de un ser que vivía entre los árboles, mi nombre era la Chavachango. Luego personifiqué a Madeleine, una muchacha de la alta sociedad de México, que era cuidada por sus tías (Nélida y Florinda) y que la presentaban en sociedad para conseguirle marido. Mi tercer rol fue el de una mendiga con su madre, que vivían mendigando en la puerta de una iglesia. 

El cuarto fue el de un muchacho americano que era insoportable. Cuando el viejo nagual me propuso este rol yo pensé. "que alivio, yo no soy la loca, él es el que está loco" pero como acechadora, me pidieran lo que me pidieran tenía que hacerlo, no podía decir “no”. Solo diciendo que si, un acechador [...]. 

El rol se formó en ciudad obregón, en una cantina. yo estaba con el viejo nagual y un joven se nos acercó y nos invitó un trago, el viejo nagual le dio las gracias y le  dijo: “nosotros no tomamos alcohol…” el muchacho se puso muy violento y se fue insultando y comenzó a discutir con otras personas. Nosotros lo observábamos porque era como un mal actor que sobreactuaba su rol. Caminó amenazante por entre las mesas, insultando y gritando. La gente no lo miraba, evitaban mirarlo. Entonces el cantinero le dijo -";ey!; rick!! no molestes a los clientes!" El viejo nagual me dijo que lo observara atentamente porque era una señal del espíritu - ¿por que? -le pregunté -no lo sé - contestó - quizá porque es desagradable y continuó: “Rick es un acomodador... Un acomodador es alguien que abre las puertas a algo más grande como por ejemplo lo que sucede cuando un niño ve una mesa por primera vez, el no sabe que es, pero la mesa es un acomodador que le permite interpretar luego silla banco, etc..’ "observa todo lo que hace, todos los detalles, como se mueve, cómo habla, sus gestos, su actitud, hasta que te vuelvas Rick, … eso es tomar posesión de la persona de un acechador - dijo. durante tres días lo seguimos y como él estaba muy ocupado en ser desagradable, nos ignoró- y eso me permitió captar todos los detalles necesarios. 

El viejo nagual me ayudó a armar mi rol, fuimos y compramos ropa. Rick usaba un jean levis, botas texanas y camisa de cowboy. mi cuerpo se adaptaba muy bien a ese rol (hace gestos de no tener tetas). Yo estaba muy enojada por lo que tenía que hacer, pero no podía decir que no. Tenía muchas ganas de pelear, de pegarle al viejo nagual y se lo dije. -bueno - dijo él - ve y pelea con alguien en el mercado así que fuimos al mercado y escupí a la gente, insulté, bebí alcohol y me peleé (por suerte era cinturón negro de karate) para poder sentir lo que había observado. Entonces sentí que realmente era Rick. El viejo nagual, un día, me llevó a vivir a casa de unos amigos de él para que pudiera hacer mi rol. Por supuesto yo pensé que el dueño de casa era un brujo y que al maltratarlo le estaba haciendo de pinche tirano, o sea de una persona que le hace imposible la vida a los demás y que los brujos buscan para poder mover sus puntos de encaje. Así que pensé que siendo un brujo, ambos estábamos sacando provecho y puse mi mejor empeño en ser desagradable... y como la tarea de un acechador es total, nunca le dije la verdad al hombre. El dueño de casa era un electricista muy amable que soportaba todo lo que le hacía sin decir nada. Cada día le hacía algo peor, un día, hasta robé sus herramientas y las vendí en el mercado, por lo que Rick pasó a ser el vendedor de artefactos eléctricos robados. Cuando vendí sus herramientas, el hombre no reaccionó. Al día siguiente salió a buscar trabajo como obrero, porque sin sus herramientas no podía trabajar. Yo debería haberme dado cuenta en ese momento que el hombre no era brujo, que realmente era una persona amable y que no sabía nada de lo que yo hacía, pero como estaba muy comprometida con mi rol, no podía verlo. Un día empecé a notar que faltaba comida y comencé a sospechar que no era brujo, pero como Rick no podía dejar de ser desagradable, seguí adelante. Al poco tiempo el hombre enfermó y se desmayó, Rick se rió de él, pero entonces el hombre cayó en cama, casi al borde de la muerte y entonces me di cuenta que no era brujo... cuando esto sucedió fue un golpe inimaginable. Tenía una furia angustiante. Quería destruir al viejo nagual y a mí misma también, pero no pude encontrar a ninguno de los brujos por ninguna parte.... Fue allí que me di cuenta que hay en el mundo personas genuinamente amables, que dan sin esperar nada a cambio y este hombre era una de ellas... y también me di cuenta que él soportó a Rick como pago de una deuda con otra persona. Para ayudarle, intenté recuperar sus herramientas en el mercado para que pudiera trabajar y le compré medicina para que se curara. Cuando le conté al viejo nagual lo sucedido, él me habló de la responsabilidad que asumen los guerreros sobre sus actos y dijo que había estado tan cegada que no había observado lo suficiente. Entonces le dije -"mi vergüenza no conoce límites" y él agregó - si, pero también tu pasión sin límites casi te destruyó”. Los guerreros se preparan para sentir pasión y hacer el viaje definitivo. Las historias de guerreros son de acción, de cambio, no son de autocompasión y para ello es necesario luchar todos los días de tu vida. Siempre hay alguien en la vida que nos ayuda libre de intereses personales y es a esa persona a quien siempre tratamos como Rick trató al electricista, encima lo tratamos mal. 

Piensen que cada uno de ustedes tiene a alguien que desinteresadamente les brinda su amabilidad y quizá por su ambición, por el sexo o por sus intereses le están pagando como Rick le pagó a ese hombre. 

Nosotros tenemos que estar atentos porque el Nagual Carlos Castaneda es la persona que se brinda a nosotros libre de intereses personales, porque corremos el peligro, igual que Rick, de venderle las herramientas al Nagual.


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