El Palo del Silencio - Herramienta para silenciarse

Haz la posición de sentado en silencio todas las noches. Hazlo de manera compulsiva y persistente.

Extracto de una Sesión nocturna de Cleargreen – Sábado, 7 de diciembre de 1996, Dance Home, Santa Monica

Notas tomada por Richard Jennings

“Consigue un almohadón/cojín, una almohada o una toalla doblada para colocar debajo de tu cola, tus ‘b-b-b-b-bombos’ como dicen los británicos,” bromeó, explicando “Margarita conoce a muchas personas británicas que tienen dificultades para decir esa palabra.”
 
Castaneda nos mostró cómo sentarnos con las plantas de los pies descalzos tocándose y inclinándonos hacia adelante con los codos colocados entre los dos tendones de la rodilla. Agarramos nuestros tobillos suavemente con las manos, con el pulgar presionado en la hendidura junto al tendón de Aquiles. “Compren un palo que mida 3,5cm de grosor, y pidan que lo corten en la ferretería para que tenga de 35 a 40cm de largo, dependiendo de lo alto que sean sus troncos. Apoyen la cabeza sobre él, suavicen la superficie de un extremo, y coloquen una toalla encima del otro extremo para descansar la cabeza allí. Puedes usar esta posición para adquirir momentos de silencio.”
 
Mientras estábamos sentados en silencio, pudimos escuchar a alguien silbando, de manera bastante creativa, afuera. Primero parecía perturbador, pero Castaneda nos aconsejó, “Deja que el silbido te lleve… síguelo.”
 
“Haz la posición de sentado en silencio todas las noches. Hazlo de manera compulsiva y persistente.” Imitó a alguien diciéndole, “Sabes, lo he hecho durante una semana ya. ¿Estás seguro de que esto me dará resultados? Bueno, realmente han sido cinco días, pero ha sido como una semana. Ha sido como una eternidad.” También bromeó diciendo que podrías “sudar, así que debes tener una toalla para el palo, o podrías terminar con un charco en el suelo. Algunas personas pueden sudar durante una hora. Otras personas pueden irse después de unos minutos.” Bromeó que deberíamos ser “artísticos” al respecto—lo que significaba, según su referencia anterior en la sesión, “autistas”, o realmente compulsivos.
 

Extracto del libro "El Lado Activo del Infinito"

Me fui a la cama y busqué el único consuelo en que podía pensar: la quietud, el silencio. Para facilitar el advenimiento del silencio interno, don Juan me había enseñado una manera de sentarme en la cama, con las rodillas dobladas y las suelas de los pies tocándose, las manos sobre los tobillos, empujando para tener juntos los pies. Me había regalado un palo grueso y redondo, que siempre tenía a la mano no importaba dónde fuera. Era de unos cuarenta y tres centímetros de largo para soportar el peso de mi cabeza al inclinarme sobre él y poner el palo en el suelo entre mis pies y el otro extremo, que estaba acolchonado, en medio de mi frente. 
 

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